Cinco consejos fundamentales para mudarse del asfalto a la montaña

Las competencias de atletismo en calle están suspendidas hasta nuevo aviso en nuestro país, pero las de trail ganan adeptos y crecen como la espuma. Los corredores viven algo así como un éxtasis por ir a correr a la montaña. 

Dyan Morales es un experimentado atleta de esos enamorados por la montaña. Ha hecho la transición de calle-trail y con su ayuda, elaboramos una lista de cinco consejos para mudarse del asfalto a la montaña. ¡Tome nota, le pueden ayudar de mucho!

Cabe destacar que, Morales dejó claro que “todos somos distintos y por eso lo que me funcione a mí tal vez no sea lo mejor para otra persona, pero creo importante que cuando hagan la transición recuerden varias cosas”.

1- Distancia y duración: es muy importante entender que aunque ya tenga experiencia en una distancia específica sobre asfalto, no necesariamente se está adaptado para recorrer el mismo volumen sobre la montaña. En este deporte, las distancias tienen altimetrías muy variables que provocan que los tiempos no sean proporcionales a lo acostumbrado en calle. La adaptación muscular del corredor, sumado a la técnica y eficiencia de corrida, puede provocar que tanto el esfuerzo aplicado sobre la distancia como la cantidad de horas invertidas sean más fuertes y desgastantes.

2- Ritmo: Las altimetrías hacen que el ritmo sea igual de variable. Que se tope con secciones de mucho ascenso que te obligan a caminar o que se encuentre descensos muy técnicos que aunque permitan bajar el ritmo cardiaco igual no se puede correr súper rápido porque la adaptación sensorial y motora aún no están finas, lo que hace que se tenga miedo o cautela para evitar una lesión. En la montaña más allá de los ritmos creo que se valora más el esfuerzo relativo, las palpitaciones, las energías dependiendo eso sí de la distancia en la que se participe.

3- La indumentaria: Aún en los recorridos más cortos, la montaña hay que respetarla y eso implica llevar lo necesario para pasar todo el tiempo que uno pretenda o estime durar. A diferencia de las carreras sobre asfalto, en la montaña a veces se está solo, rodeado de árboles y no hay nadie que brinde ayuda, por eso hay que minimizar riesgos y llevar todo lo esencial. Y lo esencial va desde prendas de vestir para afrontar condiciones climáticas, hasta calzado para prevenir caídas, lesiones y alimentación e hidratación por el mismo tema de que la exigencia generada sumado a las condiciones de clima pueden causar deficiencias calóricas muy altas.

4- Capacidad física: La montaña nos hace usar fibras musculares distintas, usar más los brazos, apoyarnos más en las piernas, pantorrillas, glúteos, etc. Por eso, no es sólo preparar la capacidad aeróbica sino también fortalecer y tener movilidad de partes de nuestro cuerpo que comúnmente no usemos sobre el asfalto. Todo eso le ayuda al corredor a evitar lesiones, ser más eficiente y hasta tener una recuperación más rápida.

5- Cero Improvisación: La montaña no es para improvisar y por eso cuando hagamos la transición de un ambiente a otro hay que respetar nuestro cuerpo y sobre todo a la montaña.

Estos consejos los siguió y los respaldó el corredor Carlos Zamora, quien es amante del asfalto, pero compitió el pasado sábado en la Finca La Lucha y ocupó un sétimo puesto en la clasificación general en los 10 kilómetros.

“Siempre estaba la espinita de cómo sería una competencia de Trail y aproveché que no hay carreras en el asfalto. Me fui a probar y sí es un ambiente completamente diferente. Un poco más amigable. En cuanto a la altimetría debo decir que los ascensos son muy duros, pero se compensa en la bajada. Para ser mi debut, cerrar con un sétimo lugar en la general siento que me fue bastante bien. Se sacó la experiencia cómo es y en algún momento se puede volver a competir”, concluyó Zamora.

Háblelo con su entrenador, tomen una decisión. La montaña lo puede estar esperando.