El secreto verdadero de un campeón

Texto escrito por: Fabrizzio Ponce Villarreal


¿Qué hace uno con la pérdida de motivación deportiva durante una de esas pandemias que ocasionalmente azotan a la humanidad?

Seguramente a vos no te pasó y es una dicha que haya sido así, pero en mi caso personal lo he llevado fatal. Tampoco quiero ser muy duro conmigo mismo, hay más situaciones con las que he estado lidiando en los últimos meses, entonces puede ser una suma de todo. Y como cereza del pastel, el coronavirus y el ambiente de incertidumbre que nos trajo.

Pero, levanto la vista y veo que el mundo sigue, se siguen organizando campeonatos, caen récords y a brincos y a saltos el deporte va regresando a la normalidad, o a la normalidad que nos vaya a tocar. ¿Qué tienen ellos que no se vinieron abajo emocionalmente?

Respuestas debe haber muchas, tantas como deportistas hay. Seguramente vos también tenés la tuya propia. Yo me encontré una muy interesante, escondida en una película independiente que vi hace pocos días.

En “Carman: The Champion”, del 2001, el excampeón mundial de boxeo Orlando Leone, ahora dedicado a otras labores, se ve obligado a regresar al ring una vez más, habiendo pasado diez años de sus momentos de gloria. En una de las escenas, le comenta a Allia, su prometida, que la diferencia para ganar la pelea está el hecho de conservar el ‘instinto asesino’, pese a que las capacidades físicas de un boxeador se ven minadas por el inexorable paso del tiempo.

Fabrizzio es un amante del atletismo.
Fabrizzio es un amante del atletismo.

Uno, como deportista popular, quizá no necesite bautizar como ‘instinto asesino’ a sus ganas de lograr metas. Y quizá tampoco sufra de forma muy abrupta el paso del tiempo en nuestras capacidades físicas. Sin embargo, en momentos como el actual, quizá si necesitemos una ligera dosis de ese instinto, echar mano de nuestro secreto de campeón(a), el que te dice que tenés que levantarte, que la vida sigue, que no importa si es en uno o dos años, pero que seguirá habiendo eventos deportivos y nos estarán esperando. Que entre quedarse sentado y desmotivado o levantarse y ponernos en movimiento, siempre será mejor optar por lo segundo.

Tampoco se trata de hacer un regreso a la actividad deportiva de forma alocada. Debemos ser responsables y respetuosos. Pero hay que conservar y alimentar ese espíritu ganador que te tenía entrenando de forma regular, que te llevaba a un evento un fin de semana en la madrugada y que te llenaba de energía al tiempo que tenías esa sensación de que todo se puede lograr con esfuerzo y dedicación.

¡Ánimo, campeonas/es! Aún no se acaba la pelea.

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