Noelia Vargas: la genuina forma de cómo una niña se enamoró de la marcha

Fotos: Cortesía.

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Cuando se tiene cinco años muchas cosas suceden por instinto. Captar la atención en una pequeña de esa edad no es fácil, pero la marcha entró en su vida para quedarse.


Noelia Vargas arremedaba a la marchista Karen Barquero. La vio por primera vez en La Sabana, mientras su hermana Andrea entrenaba. Ese momento se quedó no solo en la retina de la atleta sino también en su corazón.

 

“La marcha es dura, una persona que no haga marcha hace 100 metros y no aguanta los pies. Cuando llevaban a entrenar a Andrea a La Sabana, ahí mismo estaba entrenando una muchacha que era campeona centroamericana (Barquero) y yo me ponía a arremedarla. Cómo me gustó, me pusieron hacer una prueba como 800 metros y no me fue mal. No lo inicié ahí por el tema de las lesiones de rodilla y cadera. Fue hasta los 14 años que empecé con la marcha”, recordó la atleta nacional en conversación con apdeportes.com. 

 

A esa edad ya se le veían sus buenas condiciones, pero jamás le pasaba por la mente que seis años más tarde estaría clasificada a unos Juegos Olímpicos ( de momento por ranking) y fuera una de las atletas con mayor proyección en el país.

 

Noelia recién volvió a competencia el pasado fin de semana en las clasificatorias para el campeonato nacional, donde rompió el récord de 10 kilómetros marcha con un tiempo de 46 minutos, 40 segundos y 96 centésimas. La anterior marca también era de ella con 51 minutos, 15 segundos y 25 centésimas.

Para esta joven esto de los récords, de registros históricos no es nuevo. A pesar de ser tan joven, ya es frecuente la noticia de: ”Noelia impone un nuevo récord nacional”. Quizás por eso, ya posee la mejor marca nacional en categoría mayor en pruebas como 10K marcha, 10 mil metros marcha y 20K marcha.

 El próximo fin de semana estará en las finales y en los últimos días de diciembre estará en el Campeonato Centroamericano que se realizará en nuestro país. Agenda llena en este cierre de 2020.

 

“Como no teníamos competencia yo no sabía qué esperar. He entrenado fuerte, pero no teníamos un tiempo exacto porque no habían pruebas y eso es lo que a uno le da una idea de los tiempos. Cuando terminé me sorprendí porque dije: ‘Pucha, aquí se ven los resultados de todo lo que he entrenado en pandemia’”, comentó Noelia.

 

Durante la pandemia continuó con sus entrenamientos y con la exigencia como si fuera a competir aunque no había nada en el calendario. 

 

Eso no fue fácil, pero ahí apareció el trabajo psicológico de su entrenadora y madre Dixiana Mena, quien le tocó hacer un trabajo mental bastante fuerte. 

Otro punto que destaca la marchistas es que sus patrocinadores se mantuvieron en todo momento y eso le dio cierto alivio al menos en esa parte, pues en la deportiva deseaba ponerse a prueba. “Gracias a Dios todos se han mantenido, he tenido el apoyo incondicional de ellos, BAC Credomatic, Kölbi, Adidas, Icoder y el Comité Olímpico”.

El reciente resultado obtenido es fiel reflejo de que el trabajo durante estos meses fue bastante arduo y que su proyección como atleta continúa. Eso sí, esto no presiona a Noelia sino que dice tomárselo con calma.

 

“Yo la verdad me lo tomo con calma porque todo es un proceso. Estoy muy joven, me falta mucha experiencia para tener mejor rendimiento. Me centro en el ahora y en mi carrera como deportista. No apresuramos nada. Todo se va dando por medio de un proceso”, acotó.

 

El tener los pies sobre la tierra le permiten ser una de las atletas más queridas a nivel nacional y en específico por el pueblo de Puriscal, su tierra natal. Cariño qué Vargas dice percibir en todo momento.

 

Enseñanzas del infierno. A sus 20 años, Noelia participó en el Mundial de Atletismo en Doha, competencias recordadas por las altas temperaturas.

 

En Doha logró culminar en el puesto 36 con un crono de 1:46:30. La temperatura estuvo en 32 grados Celsius, aunque la sensación térmica era más elevada, y al menos un 70% de humedad.

 

“De ese Mundial me llevé muchas cosas. Fue una competencia muy difícil. Fue como entrar a una sauna con toda la humedad. Fue horrible. Yo me estuve preparando en Turrubares y en Puntarenas al mediodía y aun así nada se le acercaba al calor tan intenso, pero yo aprendí muchas cosas como a no rendirme porque pasé los 10 kilómetros y ya no quería más. Una parte de mí decía: ‘por Dios que es esto’ y otra parte pensaba que no había ido al Mundial a retirarme”, detalló. 

 

“Yo llevaba una gorra de hielo, me ponía hielo en el top, nos daban agua con hielo cada 500 metros y aún así yo sentía que los brazos y las piernas me ardían, que no me podía mover por el calor y la fatiga”.

 

Noelia recuerda ese Mundial como la competencia más dura de su vida, pero a su vez la que más carácter le ha forjado en su trayectoria.

 

El orgullo de Puriscal ya sabe lo que es poner la bandera de Costa Rica en alto, pero está consciente que quiere más y lo mejor: que está lista para futuros retos.

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